No se sabe lo que es un mal de amores hasta que se sufre. Pues ser parada es igual, miras constantemente el teléfono y lloras sin venir a cuento. Ser parada en la peor crisis laboral de este país es una putada, pero humaniza. A los currantes en paro involuntario con quienes comparto caídas y remontadas en los vericuetos de este túnel, este blog y mi abrazo más cálido. ¡DE ÉSTA SALIMOS FORTALECIDOS, COMPAÑEROS! A los causantes, mi vómito.