DIA 1. RETORCIENDO EL RABO DE LA "G"

Hoy, en la clase de la mañana, donde todos somos parados, hemos retorcido en espiral el rabillo de una “g” Times New Roman con la esperanza de que esta nueva habilidad, patrocinada por photoshop, le parezca irresistible a algún empleador. Pero me parece improbable después del cara a cara preelectoral retransmitido anoche. Creo que hablo en nombre de más de tres millones de españoles (concediendo un generoso margen al desacuerdo), cuando digo que fue patético. Los periodistas y tertulianos que hablan de todo, con fingida empatía social, dicen que no estuvo mal, mientras exprimen los chascarrillos del debate y comentan el color de sus corbatas o las intenciones ocultas de sus miradas. Vamos, hombre, millones de españoles nos sentimos anoche en pelotas a la intemperie, la presente y la futura, así que iros todos un poquito a la mierda.


Volviendo al rabillo de la “g”, g de golfos, en mitad de la clase he visto que mi compañero de la derecha entraba en Infojobs. Ése es un claro tic del nuevo parado, cada vez que cae frente a un ordenador entra compulsivamente en un buscador de empleo. Los de media/larga duración aguantan la clase entera sin abrirlo porque, desgraciadamente, ya saben bien que los anuncios no varían en horas. Los parados también tenemos otro síndrome y es que odiamos los festivos porque no se cuelgan ofertas nuevas, así que somos la única tribu urbana, aparte de los padres workohólicos, para la que el domingo es un incómodo estorbo antes del lunes.

En clase tenemos también el móvil en silencio pero encendido… ¡por si vibra!. Aunque no vibra. Como mucho oyes a alguien que susurra tapándose la boca: “mamá, que estoy en clase”, pero no un fascinado “SÍ, SOY YO”. Esas son las palabras con las que todo parado sueña.
Seguiremos soñando.

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