DÍA 3: El 11/11/11

Ayer fue 11 del 11 de 2011, fecha mística para algunos y día del sorteo especial de la ONCE para otros, con 11 millones de euros en juego. Yo estaba entre los segundos. Compré a medias dos billetes con una amiga para dejar de buscar un buen trabajo y pasar a confeccionárnoslo a medida, como un buen traje de sastre. Y por momentos pensé que pasaría. No suelo jugar a nada de eso, pero pensé que tocaría, así de sencillo.

No tocó.

Ayer me contestaron de una empresa, un tal Carlos. Me envió un mail educado, casi cariñoso, o eso me pareció. Fue la primera vez en tiempo que me contestaban desde un departamento de RRHH. Las empresas piden candidatos, son ellos quienes piden, joder, y eres tú quien les das, ¡tú respondes a su demanda! y esa panda de desagradecidos maleducados no contestan. Son sólo unas palabras, un minuto apenas, ¡un mail tipo! ¿Es tanto pedir? Pues vete a la mierda, ¿sabes qué?, ahora soy yo la que no quiere trabajar con gente como tú. Eso tendría que responderte en lugar de dejar mi ilusión en tu papelera de reciclaje. 

Sentirse así es feo. Y Carlos debe saberlo. ¿Cómo será Carlos? Me lo imagino con pelo ondulado y un hijo pequeño con gorro de lana. Ve las carreras de motos por la tele, come paté y llama a su madre los domingos. Carlos sólo me decía que en unos días cerrarían el proceso y, de salir seleccionada, me avisarían. Seguramente ya tienen a la persona y nunca me avisarán. Pero Carlos me hizo sentir menos pequeñita y sus palabras fueron una lotería en el 11/11/11.

Mi amiga la del traje de sastre, que es también una lotería, dice que en este blog escribo cosas demasiado tristes porque lo bueno está a punto de llegar. Pues no sé si ésta es una historia triste o bonita, pero gracias, Carlos, y gracias, amiga.

1 comentario:

  1. Carlos lleva trajes hechos por un sastre... SEGURO. Y quizá en esta semana, hasta puedas oir su voz convocándote a una entrevista...

    Por qué no??? La loteria está por caer...

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